sábado, 25 de julio de 2015

LA ÉPOCA DORADA DE LAS SALAS CINEMATOGRÁFICAS



Para el día de hoy queridos lectores hablaremos un poco sobre los primeros cines de nuestra hermosa ciudad de Queretaro, dichosos las personas que con el asombro vieron el cambio tecnológico de las enormes pantallas, esas salas del séptimo arte.


A finales de la década de los setentas, en los años previos a la llegada masiva de las videocaseteras, las antenas parabólicas o de la televisión por cable, ir al cine era una de las más populares y económicas diversiones para los queretanos.
Durante los últimos meses de gobierno del arquitecto Antonio Calzada Urquiza (1973-79), en la capital se inauguraron una gran cantidad de salas y mini salas cinematográficas, que de la noche a la mañana amplió notablemente la oferta para el espectador e hizo posible que las películas se estrenaran simultáneamente con la Ciudad de México.

En el Querétaro provinciano de 1977, únicamente había tres cines. El Reforma, inaugurado en diciembre de 1959; y el Plaza y el Alameda, que comenzaron a funcionar con categoría de Teatro-Cine en 1946 y 1947 respectivamente, y tenían, cada uno, una capacidad superior a las 2 mil cien butacas. Unos verdaderos monumentos al Séptimo Arte.

CINEMA 2000
La noche del 7 de diciembre de 1977, en un moderno complejo arquitectónico ubicado en la esquina de las avenidas Tecnológico y Constituyentes, los queretanos asistieron a la apertura de la primera Sala de Arte, el CINEMA 2000, con capacidad para 837 cinéfilos y sede de las Muestras Internacionales de Cine. La primer película que se proyectó en su pantalla fue la cinta italiana “Los hijos preguntan por qué” (“Perché”, 1972), dirigida por Nino Zanchin y protagonizada por Susana Melandri y Rosemary Dexter. Al día siguiente, con un costo general de 25 pesos y 15 pesos para estudiantes y maestros, el CINEMA 2000 abrió sus puertas al público queretano con la exhibición de “New York, New York” (1977), una película musical de época dirigida por Martin Scorsese y actuada por Liza Minelli y Robert De Niro y que con el paso del tiempo se convirtió en una cinta de culto al contener la canción homónima, considerada como el himno de La Gran Manzana. El CINEMA 2000 también fue, a partir de febrero de 1978, el precursor de las atrevidas Funciones de Medianoche, “al estilo Nueva York”, como decía su publicidad.

PREMIERE 70
Y precisamente en febrero de 1978, el día primero, en la céntrica avenida Corregidora, frente a la Plaza de la Constitución, abrió sus puertas el CINEMA PREMIERE 70, con 686 localidades, enormes cortinajes rosados y una moderna pantalla. La noche de su apertura, los invitados especiales fueron testigos del estreno de la película “Rocky” (1976), protagonizada por Sylvester Stallone. El PREMIERE 70 fue también, el 12 de octubre de 1978, el cine donde los queretanos presenciaron los primeros pasos de baile de John Travolta en la mítica “Fiebre de Sábado por la noche” (Saturday Night Fever, 1976) y por la que se pagaron boletos de 25 pesos. En aquellos días, en el Vaticano se realizaba el Cónclave que habría de elegir al sucesor de Juan Pablo I, muerto súbitamente después de 33 días de pontificado. En el PREMIERE 70 también se estrenarían cintas inolvidables como “Aeropuerto” (1977), con Jack Lemon y Lee Grant, “Vaselina” (Grease, 1978), con John Travolta y Olivia Newton-John y “Carrie” (1976), el clásico del terror sicológico de Stephen King, con Sissy Spacek y John Travolta como actor secundario.

MINICINES ALAMEDA I Y II
La noche del jueves 27 de septiembre, el gobernador Antonio Calzada Urquiza, acompañado del gerente del Circuito Montes, Alfredo Acevedo Bueno, inauguraron pequeñas salas cinematográficas con un número de butacas inferior a 400, los mini cines ALAMEDA II y ALAMEDA III, en la esquina de la privada Guadalupe Victoria y 16 de septiembre y en la esquina de Allende y 16 de septiembre y Allende, respectivamente.









Con capacidad para apenas 380 personas, el mini cine ALAMEDA II (en la actualidad transformado en Cineteatro Rosalío Solano) tuvo como programa de estreno “Destino Final: Cassandra” (1976), con Sophia Loren y Richard Harris, y el mini cine ALAMEDA III (actualmente desaparecido y transformado en una galería de arte), con capacidad para 275 espectadores, “Un día especial” (1977), con la Marcelo Mastroiani y la misma Sophia Loren. El costo de los boletos fue de 25 pesos y, debido a la gran demanda de localidades, a partir de su segunda semana estos dos mini cines ampliaron sus horarios de proyección de tres a cuatro funciones, al igual que las otras salas, quedando los horarios a las 16, 18, 20 y 22 horas.

EL CINE ALAMEDA
En el CINE ALMEDA (“siempre los mejores programas”, era su lema publicitario), en 1978 también se estrenaron importantes películas, prácticamente arrancadas de las manos de los exhibidores de las nuevas salas cinematográficas.
El jueves 16 de febrero de 1978, para contrarrestar el escándalo que provocó en algunos estratos la exhibición, en el flamante PREMIERE 70, de la cinta erótica “La esposa virgen”, con la exuberante actriz italiana Edwige Fenech, el Cine Alameda presentó “una portentosa y conmovedora premiere dedicada a la grey católica queretana”: “La vida de Jesús (1ª parte)”, del cineasta italiano Franco Zeffirelli y con Robert Powell en el papel principal. Sin embargo, la función fue un rotundo fracaso, pese a que el precio de entrada fue de 15 pesos, 10 pesos menos que en el estreno de la Fenech, en el PREMIERE 70 hubo largas colas y boletos agotados en sus cuatro funciones.

El CINE ALAMEDA fue el lugar del exclusivo estreno de “la película más extraordinaria de todos los tiempos”: “La Guerra de las Galaxias” (Star Wars, 1977), con Mark Hamill, Alec Guines, Carrie Fisher y Harrison Ford. Programada inicialmente a precios populares para el 8 de octubre de 1978, “Star Wars” sería vista por los queretanos la primera vez trece días después, el 25 de octubre, en una “Gran Premiere de Lujo” a las 21 horas, a beneficio de la construcción del Auditorio “Don Bosco”, del Instituto Marciano Tinajero. El costo de los boletos, estratosférico para la época y a la venta únicamente en la cafetería La Calabaza, fue de ¡¡50 pesos!!

CINEMAS GEMELOS I Y II
El motivo del retraso del estreno y de una única exhibición de “La Guerra de las Galaxias”, fue su proyección, pactada con anterioridad dentro del programa inaugural del nuevo CINEMA GEMELO 2, en la flamante Plaza Comercial Mexicana de avenida Zaragoza y Tecnológico, a partir del 31 de octubre.
Con una inversión de 150 millones de pesos, el lunes 30 de octubre de 1978 se puso en servicio la moderna Plaza Comercial Mexicana, en una superficie total de 208 mil metros cuadrados donde, además de la popular tienda de autoservicio, que contaba ahora con 18 cajas registradoras y 230 empleados, abrieron sus puertas toda clase de negocios y servicios, entre ellos, en la planta baja, dos pequeñas salas cinematográficas: los CINEMAS GEMELOS 1 y 2, actualmente todavía en operación.

Otro estreno importante, aunque no exclusivo del CINE ALAMEDA aquel 1978, fue “Encuentros cercanos del tercer tipo” (1977), con Richard Dreyfuss y Francois Truffaut. La cinta (“el éxito más grande del cine moderno”, según la crítica), fue escogida por la empresa “para cerrar con broche de oro su fabulosa programación de 1978”. Y su exhibición, con llenos absolutos, se realizó a partir del 23 de diciembre, de manera simultánea con los GEMELOS 1 y 2 de Comercial Mexicana.
Para el año 1979, Querétaro vería el nacimiento de dos nuevas y pequeñas salas cinematográficas más: los CINEMAS LAS AMERICAS I Y II, en la naciente Plaza de las Américas.

Ante la ausencia de las videocaseteras y la televisión por cable, Querétaro, como el resto del país, a finales de la década de los setenta vivía la época dorada de las salas cinematográficas…




TEATRO PLAZA



Inaugurado en 1946 llego a ser el edificio más alto de Querétaro durante varios años, tenía una capacidad 2 mil 520 butacas elegantemente arregladas, en su noche de inauguración se exhibió la película “Fuego de Juventud” (Nacional Velvet) protagonizada por Elizabeth Taylor…

…Durante poco más de 30 años este teatro – cine vivió estrenos de películas sobre todo internacionales, eventos políticos, coronaciones de reinas estudiantiles, graduaciones, eventos familiares… lamentablemente para finales de los 70’s perdió su característica familiar entro en decadencia al presentar películas para adultos, en 1980 ya el teatro con butacas y mobiliario en deplorables condiciones roído por las ratas cierra sus funciones…

… En 1981 inician los trabajos de demolición lamentablemente no se hizo ningún esfuerzo por conservar este hermoso edificio y en su lugar se construyo una vulgar tienda departamental que sigue ahí hoy en día




Fuentes:

  • David Estrada historiador, periodista. "Queretaro inedito". 
  • www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=1144629 ( carlos97 -Sr Querétaro)

miércoles, 15 de julio de 2015

Roberto Ruiz Obregón "Refrescos Victoria".


Hola buenas tardes lectores el día de hoy voy  a hacer mención a un gran empresario, orgullosamente Quéretano, en lo personal este personaje es ejemplo de cuando tienes un objetivo en mente, hambre de superación y sin dejar atrás la constancia y empeño. Así es como logra la empresa refrescos victoria a consolidarse como una de las más importantes del país, a continuación una breve reseña histórica de su fundador y la trayectoria.




Una de las empresas queretanas más importantes por su antigüedad, por el esfuerzo con el que fue creada y por la presencia que mantiene en la actualidad, es Embotelladora La Victoria, fabricante de los tradicionales y queretanísimos refrescos Victoria.

Una historia de éxito escrita con el esfuerzo, la disciplina y el trabajo de un personaje imprescindible en el Querétaro del Siglo XX: don Roberto Ruiz Obregón.


Don Roberto nació el 3 de junio de 1904 en la Villa de Santa María de Guadalupe de Amealco, siendo hijo menor del matrimonio formado por don Federico Ruiz Obregón y doña Cruz Obregón Ocaña.


Su madre muere cuando apenas tiene un año de edad, pasando a partir de entonces, junto con sus hermanas Sara y Carmela, al cuidado de su padre y sus tíos maternas, Concha, Cruz y José Obregón Ocaña.


Con el inicio de la Revolución, la situación económica se tornó difícil en gran parte del país. Y Querétaro no fue la excepción.


Es entonces que la familia Ruiz Obregón decide emigrar al estado de Michoacán, para establecerse primero en Pátzcuaro, después en Erongarícuaro, y posteriormente en Angangueo, lugar este último donde el patriarca - para entonces casado en segundas nupcias con Dolores Ruiz-, consigue trabajo como administrador de los aserraderos del lugar.


La familia Ruiz Obregón regresó a Querétaro en 1917, el mismo año en que se promulgó la Constitución.


Con 13 años, el pequeño Roberto se matriculó en el Colegio Anaya, frente al templo de La Congregación, observando una conducta 'ejemplar', 'satisfactoria' e 'irreprensible', de acuerdo a las boletas de calificaciones que cada mes le enviaban a su progenitor.


AQUÉL PRIMER REGRESO A QUERÉTARO DURÓ POCO.


En 1918 la familia partió a Zacapu, Michoacán, para luego regresar a Pátzcuaro, donde un Roberto ya adolescente, ingresa a trabajar en la estación de ferrocarril del lugar, con el puesto de taquígrafo y mecanógrafo, el cual obtiene por ser el más rápido para escribir y tomar dictado, tanto a máquina como a mano.


Con gran habilidad, el joven queretano pronto ascendió de Taquígrafo, Mecanógrafo y Telegrafista, a Jefe de Estación, siendo asignado a la población de Zacapu, donde despachó de 1919 a 1925.


De ahí, fue enviado a inaugurar la estación de Tariácuri, también con el puesto de Jefe de Estación.


El 9 de enero de 1937, un día después de la boda civil, Roberto Ruiz, de 32 años, contrajo matrimonio religioso con María Consuelo Rubio Andrade, una bella joven de 22 años, que soñaba con ser concertista.


La elegante boda se realizó en el templo de Santa Clara.


El matrimonio Ruiz Obregón tuvo seis hijos: Roberto, Federico, Consuelo, Guadalupe, Susana y Martha.


Platica Roberto Ruiz Rubio, en la actualidad un próspero empresario: "Mi padre era un hombre muy estricto, muy duro con todos sus hijos, pero también era un hombre muy justo.


De él aprendí todo lo que soy y a bastarme por mí mismo, Su mejor enseñanza fue forjarnos una disciplina en el trabajo".


1937 fue un año de de grandes decisiones para Roberto Ruiz.


Además de su matrimonio con Consuelo Rubio, ese año cambió para Querétaro su plaza en Ferrocarriles Nacionales y, además, en un viaje que realizó con su padre a la Ciudad de México, probó por primera vez un refresco norteamericano que vendría a cambiar su vida y se convertiría en el pilar de su exitosa carrera empresarial.


REFRESCOS VICTORIA Creada los primeros años del Siglo XX por don Federico Ruiz y sus hijos Roberto y Sara Ruiz Obregón, La Victoria era una industria familiar que en sus inicios trabajaba con pequeñas máquinas de pedales que embotellaban las bebidas gaseosas en las tradicionales botellas 'de canica', contando para su proceso de elaboración y distribución con apenas 5 empleados.


La calle donde estaba ubicada la pequeña fábrica, por coincidencia del destino, llevaba por nombre una de las más destacadas características del refresco: Del Deleite (hoy Filomeno Mata), frente al pintoresco Jardín de los Platitos, en La Otra Banda.


El propio Roberto Ruiz Obregón, recordaba: "Mi hermana Sarita se encargaba de la fabricación de los refrescos y yo, después de las clases en el colegio, transportaba en burro las cajas y vendía entre 15 y 20 botellas al día".


En el año de 1937, don Federico y su hijo Roberto conocieron por primera vez en la Ciudad de México, un producto nuevo que entonces sólo se distribuía en las ciudades de Tampico, Guadalajara y en la propia capital del país.


Su aspecto era singular: totalmente oscuro, diferente, pero delicioso.


Se trataba del refresco Coca Cola.


Con innata y singular visión empresarial, el joven amealcense de apenas 33 años de edad, decidió adquirir la franquicia y embotellar el producto en el pequeño negocio familiar, para lo cual tuvo que solicitar la autorización correspondiente a los dueños del refresco, The Coca Cola Export Corporation, asentados en la ciudad norteamericana de Atlanta, la cual le fue negada en un principio por carecer de la maquinaria y el equipo adecuado para su elaboración.


Más, el interés del joven empresario queretano fue tal, que le concedieron en ese primer intento la distribución del refresco en el estado de Querétaro, lo cual aceptó gustoso.


Introducir una bebida tan peculiar como Coca Cola no fue fácil.


Su color oscuro y su sabor diferente en un principio fue un obstáculo para su colocación, pero gracias a innovadoras técnicas de mercadeo ideadas por el imaginativo distribuidor, poco a poco se fue colocando en el gusto de los queretanos.


Una legión de jóvenes vestidas totalmente de blanco y con cofia, con el lema "La pausa que refresca", se dieron la tarea de recorrer casa por casa para invitar a saborear el nuevo refresco.


Iban a bordo de un camión de redilas que en su parte trasera llevaba dos o tres refrigeradores colorados con el enorme logotipo de la Coca Cola en el frente y el producto en su interior.


Lo mismo se hizo en escuelas, oficinas, negocios, kermeses y centros de espectáculos.


Roberto Ruiz Rubio, recuerda como acompañaba a su padre en esta labor introductoria: "Nos íbamos al Cine Goya, mi padre, un par de ayudantes y yo, y aprovechábamos los diez minutos del intermedio para ofrecer gratuitamente al público degustar Coca Cola.


Apenas teníamos el tiempo necesario para destapar, entregar y, antes de que se reanudara la función, recoger la botellas ya vacías".


Afortunadamente, Coca Cola tuvo en Querétaro igual o mejor recepción que en otras partes del mundo.



Y para satisfacer la cada vez más creciente demanda, se tuvo que comprar el primer camión de reparto, que ser sumó a una pequeña legión de carritos de mano que día con día salían a entregar el refresco a cada una de las pequeñas tiendas y estanquillos que prácticamente inundaban la capital quéretana y varias localidades del interior.




El primero de mayo de 1945, en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, por medio de la escritura pública 481, se constituyó legalmente una de las más emblemáticas empresas queretanas: La Victoria.


Seis meses más tarde, en noviembre, después de comprar en Nueva York un equipo usado para embotellar 24 botellas por minuto y ampliar su plantilla a 20 trabajadores, Roberto Ruiz Obregón firma como embotellador con The Coca Cola Export Sales Company, sin duda, el más importante contrato de su vida.





En el documento, la transnacional delimita a Querétaro como el territorio exclusivo en el que Ruiz Obregón podrá realizar la venta y distribución de Coca Cola, un refresco que a partir de entonces -en un hito para la naciente industria local-, ya se producirá y embotellará totalmente en territorio queretano.




Fuente de el libro: "Querétaro inedito" autor: David Estrada Volumen 1 (Edición corregida y ampliada).

sábado, 4 de julio de 2015

El Primer Hotel de Quéretaro.

El día de hoy voy a hacer mención del primer hotel fundado en el estado de Querétaro, para aquellos que gustan de saber la historia de los principales edificios, casonas entre otros monumentos de la ciudad, así como sus raices, su pasado y trascendencia.

El hotel Hidalgo

Desde tiempos inmemorables, las ciudades y los pueblos hasta las más apartadas rancherías, han tenido lugares especialmente adaptados para ofrecer comida y alojamiento a los comerciantes y viajeros. En la época de los aztecas estos se conocieron como pochtécatl, a raíz de la llegada de los españoles cambiaron su nombre por paraderos, albergues y hospederías, para mas tarde ser conocidos como posadas, mesones y ventas.

En la capital del país la primer licencia dada para establecer un mesón fue en el año de 1525 a Pedro Hernandez Paniagua precisamente en la calle que hoy lleva el nombre de El Mesones.

Se han hecho la pregunta alguna ves: ¿cual fue el primer hotel formal de Querétaro?

 En el numero dos de la antigua calle del hospital real, posteriormente 5 de mayo (actual avenida Francisco I. Madero) una gran casona fue elegida por la señorita Manuela Gómez para ser en el año de 1825, el primer hotel de la ciudad.
el nombre del hotel se puso en memoria del padre de la patria al estar todavía muy frescos los hechos históricos que nos dieron la independencia de España.  




 los servicios que se ofrecían en el hotel en un principio según un programa repartido por el pueblo eran: "Magnificas habitaciones, baños de todas clases perfectamente servidos, restaurante frances y español, carruajes decentes y toda clases de comodidades". y lo más importante "Elegancia, decencia, aseo, comodidad y precios equitativos".





entre los huéspedes que acudieron a su paso por la ciudad de queretaro fue el mismo presidente de la República: el General Antonio Lopez de Santa Ana , quien en su calidad de alteza serenisima jamas podría pernoctar en un hotel común y corriente.

otra gran celebridad que enalteció al hotel con su presencia fue la cantante y muy elogiada en ese entonces Angela Peralta, Entre otros como gobernadores que iban de paso por la capital del estado. 




El Día de hoy es un gran hotel de tres estrellas que cuenta con los servicios convencionales de un buen hotel; servicio de tv de paga, restaurante, bar, entre otros servicios dejando muy en claro que es un símbolo histórico de la ciudad de Queretaro.



Fuente de el libro: "Querétaro inedito" autor: David Estrada Volumen 1 (Edición corregida y ampliada).